Los Reyes de España, Felipe y Letizia, mostraron su cercanía con los ciudadanos de Pamplona al utilizar los tradicionales pañuelicos rojos durante su visita a la capital navarra. Su llegada tenía como objetivo inaugurar los eventos conmemorativos del VI Centenario del Privilegio de la Unión, que unió a los tres burgos de la ciudad en una sola entidad.
Durante su estancia en Pamplona, los Reyes también tuvieron la oportunidad de visitar la majestuosa catedral de Santa María la Real, donde fueron recibidos por la alcaldesa de la ciudad y la presidenta de Navarra. En un gesto muy emotivo, un grupo de niños les obsequió pañuelicos rojos, los cuales Felipe y Letizia colocaron con alegría en sus cuellos.
La presencia de los Reyes en Pamplona fue a invitación directa de la alcaldesa, sin embargo, algunos concejales decidieron no participar en los actos conmemorativos. A pesar de esto, la visita real fue recibida con entusiasmo y emoción por parte de los ciudadanos, quienes no dudaron en acudir a las calles para saludar y aclamar a los monarcas, demostrándoles su cariño y aprecio.
El Privilegio de la Unión, que se conmemora en este VI Centenario, fue un tratado histórico otorgado por el rey Carlos III el Noble en 1423, el cual unió a los tres burgos de la ciudad en una única entidad. Este importante acontecimiento es considerado la carta fundacional de la Pamplona actual, y por ello se ha llevado a cabo una serie de eventos para celebrar y recordar su importancia en la historia de la ciudad.
La visita de los Reyes a Pamplona no solo ha servido para honrar y conmemorar un acontecimiento histórico, sino también para estrechar la relación entre la Corona y el pueblo. Este gesto de cercanía y afecto por parte de Felipe y Letizia ha dejado una huella imborrable en la ciudad y en los corazones de sus habitantes.
En conclusión, la visita de los Reyes de España a Pamplona ha sido todo un éxito, dejando tras de sí muestras de cariño y aprecio por parte de los ciudadanos. La conmemoración del VI Centenario del Privilegio de la Unión ha sido la excusa perfecta para reforzar los lazos entre la Corona y el pueblo pamplonés, y para recordar la importancia de un tratado histórico que sentó las bases de la actual Pamplona.
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