Terremoto destruye carretera que une Marraquech con el pueblo de Adassil
El reciente terremoto que golpeó la región de Marruecos ha dejado importantes daños en la carretera P2009, que conecta la ciudad de Marraquech con el pequeño pueblo de Adassil. Esta vía, que atraviesa dos puertos de montaña de más de 2.000 metros de altitud, ha quedado totalmente destruida, dificultando aún más la situación de las comunidades afectadas.
Uno de los pueblos más golpeados por este desastre natural es Tagadirt, que cuenta con solo 300 habitantes. En este lugar, solo la mezquita y algunas casas lograron resistir los embates del terremoto, mientras que el resto de las estructuras quedaron en ruinas. Desesperadamente, los vecinos buscan entre los escombros sus pertenencias, pero la falta de recursos y la escasez de medios de rescate, sanitarios y de abastecimiento complican las labores de recuperación.
La falta de agua y comida es otro problema que afecta a los habitantes de Tagadirt, quienes han pasado varios días sin recibir ningún tipo de ayuda. Además, la ubicación del pueblo a más de 1.300 metros de altitud dificulta aún más la situación, ya que el acceso a esta zona montañosa es complicado.
Los escasos inmuebles que quedan en pie también presentan graves daños y no son habitables, lo que agrava la crisis humanitaria en esta región. Sin embargo, un equipo médico proveniente de Sevilla ha llegado para prestar ayuda y brindar atención sanitaria a los afectados.
Afortunadamente, en otros pueblos cercanos, como Taurir, se han empezado a recibir bolsas de comida enviadas por organizaciones no gubernamentales (ONG), lo que ha aliviado en parte la situación. En Adasil, también se ha visto el retorno de vehículos de emergencia, pero lamentablemente muchos pueblos continúan olvidados y sin recibir ayuda.
La reconstrucción de la carretera P2009 y la recuperación de las comunidades afectadas por el terremoto será un desafío importante para las autoridades locales y organismos encargados de la ayuda humanitaria. Mientras tanto, los habitantes de Tagadirt y otros pueblos continúan enfrentando una situación precaria, esperando la ayuda que tanto necesitan.