El Parlamento de Irán aprueba proyecto de ley que endurece penas por violar código de vestimenta
El Parlamento de Irán aprobó recientemente un proyecto de ley que busca endurecer las penas contra las mujeres y niñas que violen el código de vestimenta, incluyendo el uso obligatorio del velo. La moción fue respaldada por 152 votos a favor, mientras que 34 se opusieron y 7 se abstuvieron.
Sin embargo, es importante destacar que dicho texto legislativo aún debe ser ratificado por el Consejo de los Guardianes para poder entrar en vigor. Esta iniciativa viene poco después del primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, quien fue detenida por no usar el velo correctamente.
A pesar de la represión, muchas mujeres iraníes continúan sin utilizar el velo y desafían las normas existentes. Esta nueva ley contará con un periodo de prueba de tres años y establece duras sanciones, como multas de hasta 1.800 euros y penas de cárcel de hasta cinco años, para aquellas mujeres que sean sorprendidas sin velo en público.
Además, la ley también castigará a mujeres y niñas que muestren desnudez o lleven ropa ajustada tanto en espacios públicos como en las redes sociales. Expertos de la ONU han denunciado esta ley como una forma de apartheid de género y afirman que viola los derechos fundamentales.
El presidente iraní, Ebrahim Raisí, ha minimizado la muerte de Mahsa Amini calificándola como un «incidente» y ha acusado a países occidentales de llevar a cabo una «guerra híbrida» contra Teherán. Raisí ha resaltado que su mayor objetivo es liderar la lucha contra el terrorismo en la región y busca interactuar con la comunidad internacional para facilitar la paz en el Medio Oriente.
Las reformas introducidas en esta ley han generado un intenso debate tanto dentro como fuera de Irán. Mientras algunos consideran que es una medida necesaria para mantener la moralidad y los valores tradicionales, otros sostienen que impone restricciones injustas a las mujeres y limita sus derechos y libertades individuales.
En cualquier caso, esta nueva ley refleja una vez más la creciente tensión entre los valores conservadores y las aspiraciones de cambio y progreso en Irán, y el impacto que esto tiene en la vida diaria de las mujeres del país.
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