La XV Cumbre de los BRICS se está llevando a cabo actualmente en Johannesburgo, Sudáfrica. Los BRICS, que incluyen a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, buscan establecer un nuevo orden económico y político en el mundo.
Desde hace mucho tiempo, estos países han argumentado que el orden internacional actual ha llevado a un mundo desigual y violento, y creen que es necesario hacer cambios significativos. Este orden fue diseñado por Londres y Washington después de la Segunda Guerra Mundial y ha estado dominado por ellos desde entonces.
China, en particular, ha estado tratando de articular nuevos foros alternativos para rivalizar con Estados Unidos. Han utilizado la plataforma de los BRICS para atraer a países que se sienten menospreciados por los Estados Unidos y buscan una alternativa al orden mundial actual.
Sin embargo, no todos los países están de acuerdo en unirse a los BRICS. Existe una falta de consenso entre los países interesados en unirse a este grupo. Además, es difícil imaginar que China y Rusia superen sus diferencias y formen una alianza fuerte. Rusia podría no conformarse con ser el «hermano pequeño» de una alianza liderada por China.
Además, aunque los BRICS tienen un gran potencial, es poco probable que reemplacen al dólar como moneda de referencia. La idea de desdolarizar la economía mundial no amenaza el dominio estadounidense en el corto plazo. Tampoco se espera que implementen un nuevo sistema financiero, una organización de defensa colectiva o un nuevo modelo de gobernanza global.
En resumen, la XV Cumbre de los BRICS está generando expectativas sobre la posibilidad de establecer un nuevo orden económico y político en el mundo. Sin embargo, existen desafíos y diferencias entre los países participantes. A pesar del potencial de los BRICS, es poco probable que reemplacen al dólar como moneda de referencia o implementen cambios radicales en el sistema internacional actual.
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