Las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han experimentado una desaceleración en su crecimiento durante el segundo trimestre, según datos recientes. El Producto Interno Bruto (PIB) de los países de la organización creció un 0,4% entre abril y junio, una décima menos que en el primer trimestre del año.
Esta desaceleración afectó especialmente a la industria, que experimentó una caída en los pedidos y una disminución en el empleo durante el mes de julio. Sin embargo, algunos países se han visto más afectados que otros. Por ejemplo, Alemania ha experimentado una desaceleración más pronunciada debido a la invasión rusa de Ucrania y a la crisis de inflación en los mercados internacionales de energía.
En el caso de España, la economía ha experimentado un rebote más tardío debido al impacto en el turismo y los servicios. Aunque el nivel del PIB en España ha logrado superar el nivel previo a la pandemia en un 4%, otros países de la organización han mostrado un crecimiento promedio de 5,1 puntos.
El contexto general de la situación económica internacional es de incertidumbre, debido principalmente a la inflación y las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales. Se espera que los costes de financiación se mantengan elevados hasta que se moderen las subidas de precios, lo que podría tener un impacto negativo en el consumo, la inversión y el empleo.
En resumen, las economías de la OCDE han experimentado una desaceleración en su crecimiento durante el segundo trimestre. Esta situación ha afectado especialmente a la industria y ha sido más pronunciada en países como Alemania. España, por su parte, ha experimentado un rebote más tardío debido al impacto en el turismo y los servicios. El contexto general es de incertidumbre debido a la inflación y las subidas de los tipos de interés. Se espera que los costes de financiación se mantengan elevados hasta que se modere la inflación, lo que puede tener un impacto negativo en el consumo, la inversión y el empleo.